Hipster no es solo un estilo, es una subcultura contemporánea. Este término fue acuñado a principios de los años 40 por artistas de jazz de Nueva York. En 1957, el escritor estadounidense Norman Mailer fue uno de los primeros en definir el fenómeno. Con su estilo de vida y actitud política, el hipster original pretendía remar a contra corriente. Asi, hoy día se ha creado una fuerte tendencia que ha alcanzado incluso a personajes famosos en ambientes tan diversos como el mundo del cine, el arte o la música.
En su filosofía está el rechazo frontal a la cultura actual del consumismo barato y sin sentido y a la cultura de las prisas y hacer las cosas mal. Los looks se caracterizan por los cortes de pelo con aire retro, peinados pulidos y marcados, todo ello acompañado en la mayoría de los casos, de un bigote bien arreglado o una barba de aspecto desaliñado.
Jóvenes intelectuales que mezclan una bohemia particular, con ciertas ideas vanguardistas. Se identifican con una estética retro y un estilo cool. Viven en las grandes metrópolis que están de moda, ven el mundo a través de unos enormes anteojos de pasta y se dedican a profesiones mediáticas. Una nueva categoría que parece definir algo así como los hippies cools o una mezcla de bohemia con la condición de yuppie. Siguen la tendencia de la moda y al mismo tiempo simbolizan la superficialidad y la arrogancia.
Sus señas de identidad son los anteojos de marco grueso y la bolsa de yute. Sin embargo, el hipsterismo implica mucho más que el aspecto externo.
Este movimiento exige a sus seguidores mucho poder de imaginación, en particular en lo que se refiere a su estilo de vida. Quien quiera convertirse en hipster debe conocer su origen.
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